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sábado, 23 de mayo de 2009

pinocho


Geppetto, era un viejecito amable y muy simpático, con gran habilidad en el arte de construir muñecos de madera, esa tarde acababa de terminar uno, y le estaba dando los últimos retoques. Entonces lo miró y pensó: ¡Qué bonito me ha quedado! ¡Se llamará Pinocho! ¡Me gustaría que fuera un niño, sería un hijo para mí! Soñaba el buen hombre, pues no le había dado hijos Dios.

Aquella noche, mientras Geppetto dormía, llegó un hada buena al taller del anciano y viendo a Pinocho tan bonito, quiso premiar al buen artista, dando vida a su muñeco. ¡Qué alegría tuvo Geppetto al día siguiente, cuando entró en el taller! Pinocho se movía, caminaba, reía y hasta hablaba como todos los niños.

Geppetto quería que fuera un niño muy listo por eso mandó a la escuela a Pinocho, Le acompañaba su amigo Pepito, un grillo bonachón que el hada había dejado para ayudar a pensar en lo que hacía al muñeco. Pero, sucedió que Pinocho se hizo amigo de dos niños muy malos y en lugar de ir al colegio y escuchar los consejos del grillito, iba con ellos a divertirse y hacer travesuras. Pepito Grillo estaba muy triste al ver como se comportaba su amiguito.

Pinocho se marchó de casa buscando aventuras y como dejó de estudiar, le salieron unas grandes orejas de burro, además cada vez que decía una mentira se le estiraba la nariz poniéndosele colorada.

Un día Pepito el Grillo leyó una noticia: “ Geppetto, que había salido en busca de su hijo Pinocho en un pequeño bote de vela, había sido tragado por una enorme ballena”. Entonces Pinocho y el grillito, desesperados se hicieron a la mar para rescatar al pobre ancianito.

Cuando Pinocho estuvo frente a la ballena le pidió que le devolviese a su papá, pero la enorme ballena abrió muy grande la boca y se lo tragó también a él. ¡Por fin Geppetto y Pinocho estaban nuevamente juntos!, Ahora debían pensar cómo salir de la barriga de la ballena. ¡Ya sé, dijo Pepito hagamos una fogata!, El fuego hizo estornudar a la enorme ballena, y la balsa salió volando con sus tres tripulantes.

Pinocho volvió a casa y se comportó como un niño verdadero, todos los días iba al colegio y Gepetto estaba orgulloso de él, entonces el Hada Madrina en recompensa a su bondad lo convirtió en un niño de carne y hueso, y colorín colorado, este cuento ha terminado.

F I N

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